Google ha dado un paso más hacia su búsqueda de la Inteligencia Artificial.
En este caso ha sido con Google Duplex, un sistema que permite establecer conversaciones hombre-robot y que estas tengan sentido dentro de un amplio rango de variables.
Es decir, será el robot el que se vaya adaptando a la conversación y no al revés, como venía ocurriendo hasta ahora con los sistemas automatizados de reservas por teléfono.
Y aunque actualmente no parece que sirva para funcionar como “teléfono de la esperanza”, debatir sobre la insoportable levedad del ser o la teoría de la relatividad, no cabe duda de que va a revolucionar nuestra forma de vivir.
Sin duda va a ser una herramienta muy útil para el día a día y con grandes posibilidades de uso para el marketing digital.
Su función por el momento, ya probada con éxito, ha sido la de llamar a una peluquería para reservar una cita y hacer lo mismo para reservar mesa en un restaurante.
Y aunque son tareas y conversaciones que no requieren de un pensamiento muy crítico, el resultado es a la vez impresionante y estremecedor.
Aquí te dejo un enlace con el recorte de ese momento exacto de la presentación de su nuevo asistente Duplex en el Google I/O 2018
La naturalidad con que se llega a expresar este robot deja boquiabierto a cualquiera.
De hecho, no solo es capaz de seguir una lógica a la hora de hacer una reserva, sino que se permite hacer sonidos muy humanos ante una duda, tipo “mmmm…sí…”, o reconocer titubeos de su interlocutor ante ciertas afirmaciones.
Incluso en algunos momentos de la conversación parece tener cierto sentido del humor.
Sin embargo, toda esta tecnología futurista produce, cuando menos, vértigo.
Porque aunque los desarrolladores de este sistema, en su blog de Google, hablan de que el mismo solo funciona en entornos limitados para los cuales se ha entrenado al robot (tipo la reserva de citas), no cabe la menor duda de que a la vuelta de unos años dejará de ser así.
Y esto, aunque es totalmente inevitable, no deja de propiciar ciertas preguntas y dudas.
¿Serán capaces los robots en algún momento de establecer conversaciones más generales?
¿Dudaremos constantemente de si hablamos con una maquina o con una persona?
¿Sustituirán estos sistemas a los actuales asistentes personales, eliminando puestos de trabajo?
¿Llegarán algún día estos robots a hacer ventas por teléfono analizando la respuesta de su interlocutor y haciendo desaparecer a los vendedores?
Sin duda, la respuesta es Sí.
Y aunque esto generará muchas perdidas de puestos de trabajo, seguramente se crearan otros en el desarrollo de nuevas utilidades para aprovechar ese recurso.
Y en el caso del marketing digital, las posibilidades de utilizarla como herramienta de prospección serán ilimitadas.
Pero hay algo que personalmente me inquieta.
El problema puede ser el uso que se haga de estas tecnologías para engañar, delinquir y abusar de otros al tener la posibilidad de que estos robots establezcan comunicaciones desde cualquier parte y sin que haya un responsable directo detrás.
Inevitablemente, habrá que crear nuevas leyes para este tipo de aplicaciones.
Pero de lo que no cabe duda es de que es un paso gigante hacia la IA.
Las redes neuronales son el camino hacia la “humanización” de las maquinas.
Google lo explica de forma mas o menos clara en su Blog de Inteligencia artificial.
Todo este sistema de conversación se basa en redes neuronales desarrolladas bajo TensorFlow Extended.
Esta tecnología analiza diversos parámetros de la conversación para detectar patrones de la misma y de esta manera interpretar el contexto en el que se desarrolla.
Y analiza tanto las palabras que se utilizan como la entonación, preguntas, dudas, finalidad, etc.
Y una vez que ha adquirido y procesado toda esta información, la reparte por los nodos de su red neuronal (pequeñas unidades de procesamiento).
Cada uno de ellos analiza por separado y en base a su memoria y experiencia cada dato para devolverlos a un nodo final, el cual devuelve la respuesta adecuada.
Explicándolo de forma muy simple, el sistema convierte los datos de voz que recibe en información digital, la cual reparte a cada sector o nodo encargado de procesar palabras, tonos, contextos y demás.
de esta forma, cada uno de ellos procesa su bloque de información y saca una conclusión, la cual devuelve a otro conjunto de nodos encargados de re-analizar todos los datos recibidos de cada nodo en busca de la respuesta correcta.
Milmillonésimas de segundo después, el ultimo nodo traduce esa información digital a voz, con la respuesta, el tono y el contexto adecuado.
Así, de forma muy natural y rápida, mantiene la conversación con su interlocutor humano.
Además, la voz que se escucha es totalmente “humana”. Está muy lejos de esos sonidos enlatados a los que estamos acostumbrados al oír un contestador o un sistema de concertación de citas como los hasta ahora utilizados.
Actualmente, tal y como aseguran desde Google, esto ocurre porque el robot esta entrenado para ese tipo de desempeños, y sacarlo de ahí produciría errores.
Pero, ¿hasta cuándo será así?
Esto también crea una duda sobre la transparencia que se va a seguir a la hora de que estos sistemas avisen o no al interlocutor sobre la autoría de quien está haciendo esa llamada. ¿Nos dirán que son un robot, o por el contrario lo ocultarán?
Porque dependiendo de ello nuestro comportamiento será de una forma u otra.
En definitiva, este avance hacia la IA es un paso más hacia el futuro pero que, al igual que nos pasa con todas estas nuevas tecnologías, no deja de sembrar miles de dudas ante como transformará el mundo.